jueves, 21 de febrero de 2013

The Seahorses (Una retrospectiva)

Apareció en DECIREVES (Mayo 2012)




En el segundo y último disco de The Stone Roses, cuyo modesto título fue Second Coming (1994), pocos pudieron ver el excelente álbum que era y es. El tiempo dio la razón a este trabajo que contiene temas grandiosos como “Love Spreads”, “Begging You” o “Ten Storey Love Song”. Second Coming era prácticamente la obra de su guitarrista John Squire. La banda se separó bajo la etiqueta de diferencias musicales y varios escándalos ya asentados en el mundo de la música.
Era el momento para John Squire de mirar de frente hacia esa otra tendencia a la que ayudó a crear, el Britpop. Cuenta la leyenda, que nada más dejar The Stone Roses, John Squire se golpeó en la cabeza con una escultura de un caballito de mar. No tardó en formar The Seahorses. La unión de uno de los guitarristas más emblemáticos de los noventa y la voz de un cantante casi principiante, Chris Helme, era una mezcla arriesgada, pero digna de intentar. Era como unir un poderoso solo de guitarra de Led Zeppelin a una voz de folk y añadirles unas dosis de pop. Para rematar, Tony Visconti a la producción, veterano de trabajos cruciales en el mundo de la música con productor de T. Rex, David Bowie, Thin Lizzy, Wings…


La expectación era grande debido a que la esperanza de revivir la leyenda de los Stone Roses era algo inevitable en lo que pensar. Do It Yourself (1997), contrariamente a lo que se piensa, fue un éxito en ventas; llegó el ocho en las listas de EEUU, y al dos en Reino Unido, siendo el podio arrebatado por Gary Barlow (de Take That) con su debut Open Road. La crítica y los seguidores de Squire se enzarzaban en discusiones y desacuerdos infinitos, mientras los que apenas si conocían a los Stone Roses recibían un brillantísimo álbum de pop lleno de melodías pegadizas y letras divertidas y surreales. Clásico o no, Do it Yourself está repleto de grandes canciones. “I Want You to Know” engancha desde el principio, e impresiona con su apoteósico final que incluye a Tony Visconti tocando el Theremin. “Love is The Law” fue su primer single. El video musical nos traía de nuevo a un Squire sin rostro, escondido bajo su flequillo, y a Helme cantando sin mirar a la cámara directamente, mirando al cielo, como un cantautor inspirado. 

  
Ésta fue la primera imagen que vimos en televisión del nuevo invento de Squire, y si bien la frescura de la melodía de este tema sorprendió, el largo solo de guitarra que aparece en la versión del álbum dejaba bien claro la distancia entre el ex-Stone Roses y la mayoría de los grupos emergentes del momento. “Blinded by the Sun” con su videoclip de astronautas despistaba, y nos presentaba un tema tranquilo en la línea (pero no igual) que “Love Me and Leave Me”, que aunque adolece de cierto servilismo prescindible a la letra de “God” de John Lennon (‘cortesía’ de Liam Gallagher, como colaborador), su melodía debería de haber hecho de ella un clásico. The Seahorses consiguieron meter dos sencillos en el top 10, y hacer de teloneros de  U2, The Rolling Stones y, paradójicamente, Oasis, grupo al que Squire con The Stone Roses dieron su inspiración, si no más marcada, la más distintiva.


Así era como The Seahorses iban camino a formar parte del olimpo de Manchester, junto a tantos y tantos que la ciudad ha dado. La siguiente entrada en formato sencillo, “You Can Talk to Me”, mantuvo el buen sabor de boca que dejó Do It Yourself. Todo hacía esperar una segunda entrega que no decepcionaría. Se grabaron hasta diez demos, muchas de ellas bien avanzadas. No obstante, “You Can Talk to Me” se quedó sin álbum. Las diferencias entre cantante y guitarrista en términos compositivos (quizá la clave del éxito de su sonido), provocó la separación del grupo. Mismo caso que con The Stone Roses, al menos oficialmente. Las demos de estas sesiones, de tempo más lento, exceptuando quizá “Tombraid”, no se acercan demasiado a Do it Yourself, su sonido es más solemne, más firme, o de repente más sencillo y acústico, dependiendo quien ganara el pulso musical. Los temas que se llegaron a grabar de este segundo disco (que se iba a titular Minus Blue o Motorcade) forman un conjunto del que es difícil afirmar si hubiera superado a su anterior. Lo que sí queda claro es que no incluye el tipo de tema optimista, dinámico y divertido, como “Happiness is Eggshaped”, posible quintaesencia de canción clásica de lo que venimos llamando Britpop.

Squire vs. Helme
Como muchos otros grupos de esta época, se fueron antes de tiempo, dejando a Helme todavía en ciernes de hacerse un nombre en el mundo de la música y sin parar de hacer modestos conciertos, y a Squire a un mes escaso de empezar la gira de reunión de los Stone Roses… y en la mente de más de uno, la duda de qué hubiera sido el mundo con más entregas de The Seahorses. 


miércoles, 20 de febrero de 2013

Mansun: El Ataque De Los Ingleses Grises (Una retrospectiva)

Apareció en DECIREVES (Mayo 2012)




En la recopilación perfecta que se podría hacer de temas emblemáticos del Britpop, hay un grupo que injustamente se podría dejar atrás. Tras nueve años tocando, tres álbumes, y ningún fracaso digno de mención, la banda se separó. La pérdida, notable; lo complejo de la idiosincrasia de Mansun sólo podía traernos lo mejor y lo imprevisiblemente brillante.

La banda se formó en Chester a principios de los años noventa con Paul Draper como líder indiscutible (voz principal, y compositor de la inmensa mayoría de los temas) rodeado de una banda de una puntería sónica casi matemática, de la que es necesario mencionar a Dominic Chad. Su nombre, un homenaje a “A Man Called Sun”, de The Verve, y su primer sencillo, “Take It Easy, Chicken”, que con su extravagante intro, nos presentaba un pop-rock de riff de guitarra simple, directo, agresivo y limpio, y la voz de Draper electrizante. “Egg Shaped Fred” y su enigmática atmósfera hacía presagiar que con su primer álbum llegarían al número uno de ventas en Reino Unido, sin que ello se reflejara en ningún superventas de sus singles, como si fuera un grupo de rock progresivo. El sonido Mansun es difícil de describir. Echar un vistazo a sus influencias sólo puede complicar el asunto aún más: Duran Duran, ABC, Tears For Fears, Talk Talk, David Bowie y, según Draper, sobre todo Prince y John Lennon. Todo esto les hizo distanciarse del pop del momento dejando una evidencia escrita en forma de sonido: Mansun son diferentes. No obstante, este distanciamiento, traería sorpresa en forma de número uno.

Es curioso que The Attack of the Grey Lantern arrebatara el número uno a los consagrados Blur con su homónimo álbum de 1997, y sólo fuera superado por aquel monstruo de la maquinaria comercial llamado Spice Girls y su primer larga duración; esto reflejaba las carencias de Mansun, que ni tenían el favor del público ganado ni comulgaban con la maquinaria comercial. Los violines a lo James Bond que enmarcan el álbum alojan un trabajo conceptual truncado acerca del superhéroe Grey Lantern, y sus encuentros con un elenco de extraños personajes en un pueblo ficticio de Inglaterra. Once temas mágicos, oscuros, brillantes de un magnetismo fascinante, con una única canción de amor de Mansun que no lo es, un tema oculto, metafísica, travestismo, impuestos, paisajes y en definitiva un brillantísimo debut. Como muestra "She Makes My Nose Bleed" o "Wide Open Space". A The Attack le siguió la evolución de éste, en forma de álbum conceptual, pero sólo en el sentido formal.

Este nuevo trabajo, Six (199) es un laberinto con temas largos y con minitemas, difícil de apreciar a la primera, pero satisfactorio y brillante, no exento de canciones fáciles al oído, como “Legacy”, cuyo videoclip hizo a los más suspicaces prever lo imprevisible. Six alcanzó el número… seis en las listas de ventas, y los puso aún más lejos del mundo del Britpop. Su siguiente álbum, Little Kix supuso un bienvenido retroceso a The Attack. Grabado en el barco de David Gilmour, estudio de grabación de The Division Bell de Pink Floyd, nos devuelve a unos Mansun más asequibles, con grandes melodías épicas como “Soundtrack 4 2 Lovers”, que hubiera sido un perfecto principio del disco, o impagables riffs electrónicos como el de “I Can Only Disappoint You”. Este retroceso sería el culpable de las tibias palabras de la crítica hacia el disco, también ensombrecido por los dos anteriores trabajos de la banda. Sin embardo Little Kix llegó al número doce de las listas, seis puestos más abajo que Six. El álbum acaba de una manera preocupante. Su último tema se llama “Goodbye”, y termina de la manera más abrupta posible. Tras un amago repleto de rumores de grabaciones para un nuevo álbum aquí y allá, la historia de la banda llega a su fin. Para buscar un sonido más comercial Paul Draper fue desposeído de cualquier poder en la producción de Little Kix. Esto, añadido a diferencias personales dentro de la banda, hicieron que 2001 fuera el año del final de Mansun, sin ni un solo atisbo de su vuelta hasta el día de hoy.

Los seguidores de la banda vieron hechas realidad sus peticiones por internet a la discográfica con Kleptomania (2004), un fascinante vistazo en formato de triple CD con temas inéditos, rarezas, caras B y temas que iban a formar parte del que iba a ser su siguiente trabajo, simplemente llamado Mansun. El recopilatorio crea una atmósfera de álbum clásico de la banda, combinando lo épico y casi etéreo de las canciones y la versatilidad de la voz de Draper. No era de extrañar que su reverso, Legacy: Best Of (2006), recogiera brillantemente el lado más accesible de un grupo cuya historia, como la de tantos otros, se cortó demasiado pronto, dejando canciones en terrenos comunes a aquello tan dinámico y divertido, como fue el Britpop, y otros de una fuerza arrolladora que rozaba el rock progresivo, de alguna manera indeterminada y poderosa.

martes, 12 de febrero de 2013

The Manic Street Preachers Razzmatazz Barcelona 02/05/2012


¿Britpop? ¿Britrock?
The Manic Street Preachers
Razzmatazz
Barcelona
02/05/2012
Apareció en DECIREVES

Foto en directo: Álvaro Monge para El Periódico.com
Frente a la Sala Razzmatazz de Barcelona, a la espera de entrar a ver el concierto de Manic Street Preachers, nos seguimos preguntando qué era o qué es aquello del Britpop…
¿Era una continuación de la música de los principales grupos británicos de los años sesenta o un movimiento revivalista? ¿Una reacción al grunge? ¿Tantos grupos y tan diferentes bajo una misma etiqueta? ¿Empezó en los noventa? ¿Pulp  comenzaron en 1978? ¿Tan influyentes fueron los Smiths? ¿The Manic Street Preachers no son de Gales? ¿Reino Unido? ¿Inglaterra? ¿Gran Bretaña? ¿Cool Britannia? ¿Cool Wales?
Todo esto y más en nuestra mente, mientras con el alma en vilo, abren la puerta del lugar del concierto (cuyo nombre viene de una canción de Pulp)  donde el aburrimiento no tiene cabida; cinco salas radicalmente distintas, y la más grande, hoy miércoles para ver a James, Nicky, Sean y James presentando un recopilatorio cuyo título es insolente en apariencia; National Treasures; Sólo una banda como los Manics puede darse el lujo de titular así un producto sin ser prepotentes. Te pueden gustar o no ciertos álbumes de estos galeses. De hecho, muchos, hasta los más exitosos, han levantados las iras de sus fans de siempre, pero es un hecho que los temas que aparecen en este recopilatorio son tesoros.


La banda se formó en Cardiff, y en  una ciudad rica en músicos de éxito y de prestigio (o de ambos). En sus orígenes como grupo principalmente rock, en su sonido podrían escucharse sin sumisión, gente como The Clash o The Sex Pistols, a diferencia de los demás grupos del llamado Britpop. ¿Y entonces qué hace este artículo aquí? Con canciones como “Slash ‘n’ Burn” o “Revol” y letras sobre suicidio, anorexia, abusos, política, consumismo y denuncia social, difícilmente podrían haber entrado los galeses bajo la etiqueta de la que trata este número de Decireves. Sin embargo, los hechos que siguieron a los primeros años de fundación del grupo cambiaron su sonido de manera casi radical. Con una estética post-glam salvaje y con melodías poderosas y rápidas, enérgicas y amén de canciones aparentemente inofensivas como el pop-rock de la durísima “Little Baby Nothing”, en sólo dos años y tres álbumes brillantes, los Manics perdieron a su guitarrista y letrista Richey James, desaparecido de la noche a la mañana, sin que se sepa exactamente qué fue de él. Era el final del grupo y no, al mismo tiempo.


Bien es cierto que su sonido se hizo más suave, pero no siempre, más comercial, pero nunca aburrido, más mass media, pero igual de rebeldes y críticos. La obra maestra que siguió a la desaparición de Edwards, Everything Must Go, dejó a todos boquiabiertos, para bien y para mal. Los Manics se consagraron con esta obra. Tal así fue, que lograron con This is my Truth, Tell me Yours llegar al número uno con el título más largo que jamás llegó a ese puesto: “If You Tolerate This, then Your Children Will be Next”. Título dolorosamente palpable, que va más allá de su referencia a la Guerra Civil Española, y que debería estar en boca de todos hoy día; tal es la idiosincrasia de los Manics. Con este álbum, y sin estar entre los primeros grupos que se nombraban a la hora de hacer una lista delos grupos más Britpop, los Manics firmaban el fin de la primera oleada de este movimiento con la inclusión de elementos electrónicos y letras introspectivas, y atmósfera a veces pesimista, al menos en apariencia. Los siguientes álbumes han sido éxito de crítica y ventas, quizá con un bache con Lifeblood, que sin embargo incluye grandísimos himnos como “Let Robeson Sing”, que, por supuesto, está en National Treasures.


 Pero el rock no sabe de cifras, ni de las opiniones de otros vendidas como verdades absolutas, así que si no nos basta con escuchar el álbum en casa o en tu local favorito, buena idea es ir a comprobar cómo suena tu banda favorita, aunque haya que atravesar el país entero, como es el caso. El escenario de Razzmatazz tiene como fondo una cortina, en la que aparece proyectada la chica del recopilatorio que promocionan en esta gira, fotos de la última sesión de Marilyn Monroe, dos banderas de Gales, dos figuras humanas hechas con minúsculos espejos. La banda invade el escenario y tras una mínima presentación y casi a traición, “Motorcycle Emptiness” a la que le sigue “Your Love Alone is not Enough”. El tipo duro que estaba a nuestra izquierda ha pasado de tener cara de pocos amigos a gritar como una damisela y ahora mismo luce una sonrisa angelical. El público les brinda una gran bienvenida, no hay duda. A cada tema que interpretan, van ganando más presencia en el escenario, y sin duda (y no debería ser una sorpresa) son los temas más rápidos y más enérgicos los que el grupo maneja con más soltura si cabe y conectan más con el público, especialmente “Revol” o “Motown Junk”, y por supuesto “You Love Us”.  No sólo más soltura, sino que además, la banda salta y se mueve por el escenario corriendo como si nada, en una especie de coreografía no escrita; la furia y la rebeldía, no se apaga fácilmente. Los temas más tranquilos nos confirman el sello personalísimo y el poderío vocal de James. El público sigue una a una las letras con pasión, señal de que llevan en sí un mensaje universal y trascendente. La banda se despide con “If YouTolerate This…”, dando gracias a la ciudad por la inspiración en la letra del tema, y con Richey en el recuerdo.

Al salir nos encontramos con la banda, y fueron muy amables, rebosantes de humanidad, como era de esperar; tras sus letras de desesperación, injusticia y melancolía, no lo olvidemos, está el mensaje utópico de cómo debería ser el mundo, mostrando qué hemos hecho de él.

De camino al sucio motel, caminamos por las Ramblas, esta vez a propósito.