El Sonar Noche del día 15 era de Pet Shop Boys.
Claro que George Fotzgerald, Hot Natured y, por supuesto que los 2Many
Djs tuvieron su momento, pero nuestra misión se concentraba allí en
SonarClub, para ver a Neil Tennant y Chris Lowe, y testar así el devenir
de la música electrónica. Creíamos que seguían presentando Elysium. Ni un año hace del lanzamiento de éste, y ya están a punto de sacar Electric.
Por sorpresa nos lo anunciaba una cortina que tapaba el escenario donde
se proyectaba la noticia… Y es que no sabíamos ni siquiera que estaban
ya de gira desde mayo, comenzando en Santiago De Chile. Con un título
así, el resultado puede ser más electrónico que pop o disco/pop, como
nos tienen acostumbrado, amén de otros ritmos, que prueban la
versatilidad de Neil y Chris. Un pensamiento así podría estar más basado
en tener en la mente aún el concierto de la noche anterior, en el mismo
lugar, donde Kraftwerk dejaron pocos clásicos atrás.
El comienzo del concierto sería la proyección con el primer single,“Axis”,
que nos parece confirmar lo anteriormente expuesto; “Axis” rezuma
agresividad electrónica por los cuatro costados tirando al house, y con
poco espacio para Neil Tennant. Un comienzo bien emocionante,
atestiguado por los que llenaban las primeras filas, entre ellos dos
personas con conos por sombrero, uno con una gorra en la que pone “BOY”,
y otro con un bombín, símbolos ya de dos décadas y dos sonidos de este
dúo formado en Chelsea, allá por 1981. “West EndGirls”, su primer
sencillo, de 1986, les llevó a la fama internacional, y desde entonces
les tenemos ahí, con una infinidad de canciones, ya clásicos, que son
distintas y distintivas, que harían bailar a todos los que estábamos
allí. “One More Chance”, que abría Actually (1987) en un medley con “Face Like That” de Elysium
marcaba el principio de la actuación, con Neil y Chris ataviados en
negros abrigos que parecían estar hechos de cañitas, y dos bailarines
que no pararían de cambiar de atuendos (también el dúo) dejándonos
boquiabiertos más de una vez. La intro de otro single, “Let’s Make Lots
Of Money” daba que pensar; llevaba un sampler de “Money” de Pink Floyd,
grupo al que siempre han nombrado en alguna entrevista de manera algo…
especial. Sorpresón con la siguiente canción, “Memory Of TheFuture”, de lo mejor que ha hecho el dúo en su carrera, y también de Elysium.
Una pena que fuera el tercer single, hubiera sido un gran presentador
del álbum, que aunque con puntos flojos, esconde grandes canciones.
Quizá una producción menos electrónica, o más básica, no hubiera
inundado el trabajo entero. Este puede ser el punto débil de los últimos
discos de los ingleses. ¿Y a quién le importaba eso en ese momento, si
pronto seguirían con clasicazos como “I Wouldn’tNormally Do ThisKind of Thing”
(¡con los cuatro artistas en escena ataviados de minotauros!) la
inolvidable “Suburbia” y, (¡oh, sorpresa!), aquel temón que escribieron
originalmente para el grupo de PatsyKensit, EightWonder, que llevaba por
título “I’mNotScared”? El recital seguía adelante con la cara y cruz
que son Pet Shop Boys desde sus comienzos; Neil
cantando (…no siempre…) de manera expresiva y animando al público, y
Chris, casi escondido en mil gorros y sombreros, con gafas de sol, y
dejando los movimientos al mínimo, delante de su sintetizador. Estábamos
ante un espectáculo audiovisualpero, menos mal, sin los excesos de
otras giras sin dejar atrás la extravagancia visual de siempre. Por ejemplo, “LoveEtc” (de Yes,
2009) la interpretaron en sendas camas donde se proyectaban cuerpos
moviéndose a gran velocidad. Otra sorpresa fue “Thursday”, con la imagen
gigante proyectada del rapero Example, como colaboración virtual. No
faltaron “Rent”, y dos de los temas mejor recibidos, “It’s a Sin” y
“Domino Dancing”. ¿Sería el punto álgido de la noche cuando con
expresión confiada, Neil presentó “Go West”?
“Esto seguro que os va a gustar”, dijo, y así fue. Concesiones así al
público sólo podían ser señal del fin de la actuación. Luego llegó
“Always On My Mind”, la versión de Elvis Presley (bueno, de Brenda Lee)
que les llevó al éxito de nuevo en 1998 con aquel magnífico Introspective. Y para casi el final, el himno urbano que ya lo era en los ochenta, “West End Girls”. “Vocal”,un tema bien movido de Electric,
segundo single,fue la coda a un espectáculo sin nostalgia de los
ochenta, sino celebración, y también mirando al futuro, y sobre todo
lleno de energía. Esperamos que Electric sea un gran álbum, y si no, que nos quiten lo baila’o.
Al salir del recinto del concierto, otro
espectáculo, esta vez patético, que no tendría que ver con la música,
con jóvenes bajo los efectos de algo, e imbéciles grabándolo con sus
móviles. A nosotros no nos hizo falta nada para alucinar con buena
música. El éxito de Sónar fue otro para nosotros. A pesar de los
precios, esos momentos para nosotros quedan.
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