Festival Blues Cazorla 2013
Cazorla, Jaén
Apareció en Achtung
Fotografías: Antonio Jesús Reyes
Desde que Robert Johnson vendió su alma
en aquel cruce de caminos, las mutaciones del blues no han parado. Sin
embargo, la música de esclavos que tanta tristeza llevaba en sí, se
transformó en muchos momentos de euforia en la hermosísima Cazorla, este
año bien bendecida por las lluvias del invierno. El Blues Cazorla,
además venía con cumpleaños. Dos décadas ya nos separan desde el
primero, y el género interpretado por grandes nombres y pequeños nombres
que son grandes siguen pasando por esta localidad en la que durante
tres días a pocos les tienta visitar el Parque Natural más grande de
España, porque cada rincón del pueblo encierra una fiesta.
Esta fiesta empezó el jueves Flavio Guimarãesy su bandaGuimarães,
el brasileño que con su armónica lleva una carrera sin pausas
importantes. Él fue quien abrió el festival en el Escenario Cruzcampo,
eufemismo que tapa una plaza de toros. Pues donde todo es muerte, el
blues cobró vida con una audiencia bien viva y con ganas de escuchar a
Flavio, y a los que les era desconocido, quedaron bien satisfechos con
sus solos y su voz, acompañado de una banda más que efectiva.
Luego vino la concesión a otros públicos. Rosendo fue el año pasado, este fue Fito & Fitipaldis. Nada tiene de malo lo mainstream
(con perdón por el barbarismo), si es de esta manera, con una actuación
bien llena de sus temas más conocidos y de momentos intensos, como los
que protagonizó Fito con Joserra Semperena, al acordeón, y a los
teclados. Más de un purista del blues se lo perdió. Luego llegaron The Mighty Malacas,
con su fusión mexicanoblusera. Hicieron bailar y aplaudir al público.
Buena promesa, estos muchachos. Más que buen aperitivo para estanoche
del jueves, que traería mucho más por disfrutar en los días siguientes, y
además, en varios escenarios.
En la Plaza Santa María se reunieron artistas en acústico. Primero el hombre del bastón, Walking Stick Man,
que se quedó un rato con el personal, hasta que al quinto tema o así
cambió de idioma al español. No venía de un pantano de Mississippi, sino
de Barcelona. Volvíamos a estar en contacto con el género más
directamente con este multinstrumentista que sólo parece vivir para la
música, visto su currículum. Admirable. Carlos Vudu & Jukebox le siguió y con buen ritmo, para llegar a la tranquilidad de Tom’s Cabin,
y los artistas se empezaban a solapar a este punto, porque también
gratis, en el Escenario Auditorium (El Auditorio Del Cristo) arropados
por fuentes y árboles, actuaron José Antonio García (que cantaba en 091), llenando el ambiente distendidoy lleno de clásicos. Allí mismo, sonó la armónica y la guitarra de Quique Gómez & Luca Giordano Band, y luego King Bee
(no podía faltar este nombre) dejaron su huella de blues. Mientas en el
Escenario Merced (el Teatro De La Merced) volvió Flavio Guimarãesy se
presentó Anson Fundenburgh y Little Mike And The Tornadoes, calentando máquinas para ir al escenario principal más tarde. Anson y Little Mike dieron en ambos lugares una lección de cómo presentar el blues con más raíces
Volveríamos a ver Little Mike & The Tornadoes
en el escenario grande, en la plaza de toros, con su blues y rock desde
Chicago. Luego , gran sorpresa con la ya reconocidísima Janiva Magness armada con su cigar box y su blues y soul, que por segunda vez estaba invitada al Blues Cazorla, y que, amarillismos aparte, sacó del público muchos y grandes aplausos en crescendo. Con cada canción (por ejemplo “There It Is”, “I Won’t Cry”
o la versión de Tom Waits de “Make It Rain”) se iba metiendo al público
en el bolsillo. Hasta el momento, se podría haber pensado que iba a ser
quien mejor recibimiento se llevaría.Anson Funderburgh nos devolvió a un camino menos soul con si guitarra y blues de Texas. Nine Below Zero
cerraba la noche, que aunque al principio parecía que se iba a tratar
de una actuación más tranquila, se tornó en algo más movido para suerte y
disfrute del público, que quedóbien satisfechos pero con ganas de más.
Paradojas comprensibles.
El sábado, según muchos, podría haber sido el mejor día. José Fernández “Lito”,
experimentado guitarrista y veterano de infinidad de grupos nos
esperaba en la Plaza Gambrinus, junto a la voz negrísima de Nueva York
de Suzette Moncrieff. Las bebidas bien frías a la sombra y la neoyorquina dejaron un grandísimo sabor de boca en la jornada que acababa de empezar. Chino And The Big Bet lograron atraer al público que andaba distraído con su blues barcelonés. Blind Lemons
cogieron el testigo brillantemente más fielmente a los orígenes del
género. Aun así, tocaron una estupenda versión de“Walk On The Wild
Side”, a lo Albert Pla.
Y mientras Otis Grand, al que preferimos ver más tarde, tocaba en el Escenario Merced, en el Auditorium estaba Pepe Delgado & Blues Reunion, dejando el océano atlántico a un lado, tocan buen blues, swing y jazz con acento del sur. Cosmosoul nos
pilló con la guardia baja. Otra brillantísima voz negra, la de la
guineana Alana Sinkëy, encajada en una ecléctica banda llena swing, funk
y soul. Entusiasmaron al público al sol y a la sombra del Escenario
Merced que conservaba con el espíritu intacto del día anterior. Lito Blues Band
apareció allí de nuevo, por si no habíamos tenido bastante. Y sin que
lo pusiera en ningún programa, Suzette y su voz de ébano apareció junto a
él. Gran manera de terminar este round, quedaba al siguiente, en la Plaza De Toros.
Los Coronas que
se formaron en 1991, son un grupo instrumental, capaces de versionar a
Marisol y a Kraftwerk. Imaginaos el sonido de Duane Eddy, The Shadows o
The Ventures y un líder con una verborrea imparable comentando entre
canción y canción, con muchísimo más imaginación y gracia que un cómico.
Una pena que Tarantino no hubiese contado con ellos para Django Desencadenado.
Ocho álbumes, el último, “Adiós Sancho” un directo de miedo y una larga
carrera les alumbran. Con temas propios y versiones hicieron moverse al
público, y para más de uno fue una gran sorpresa.Y aunque, ya lo hemos
dicho, que el rock no sabe de monarquías, llegó el rey del festival,
aunque esto es discutible, tras tantas y tantas figuras brillantes: George Thorogood, con gafas de sol y un pañuelo en la cabeza y sonriente, lidió con los congregados con “Who Do You Love” de Bo Diddley. Inevitable fue “Bad To The Bone”,
que aunque ya aparecía en Christine (John Carpenter, 1983), la hizo
universal Terminator 2. Endiosada y parodiada, reconocible hasta para
los oídos más torpes, allí dejó su huella sonora. Otis Grand
tampoco se quedó atrás. Ofreció una actuación impecabledonde su
guitarra sonó bien fuerte, técnicamente, nada que envidiar a Thorogood
que no fuera en el plano fílmico. Además, fue el único que pisó el
ruedo. Y si tuviéramos que exagerar, le llamaríamos tragedia lo que les
ocurrió a los pocos que se perdieron a los últimos en tocar en Blues
Cazorla. Los habíamos visto antes, y confirmamos lo oído y vivido, en
directo y en su “One Day In Summer”, que lanzaron hace un año, y al que
dan mil vueltas en directo; The Milky Way Express
son arrolladores en directo. Su nombre ya es bien descriptivo de su
sonido. Dejaron el recinto lleno de country rock, psicodelia, rythm and
blues y mucha, muchísima fuerza… que fue de lo que nos quedamos cortos
tras tres días de puro disfrute.
Blues Cazorla fue un éxito de público,
de artistas y de organización, y por si fuera poco el enclave es ideal, y
los precios no son abusivos. Si bien, como ya habrás leído, no todos
los artistas eran músicos puramente de blues, el espíritu de este género
es el que predomina, y por este motivo el evento es grande en Europa.
Siempre es bueno que fluyan los géneros de escenario a escenario, sin
estridencias, que en ningún momento las hubo.
Mirando atrás en el tiempo, pensamos que
menos mal que aquella noche en que a Robert Johnson le dio por hacer de
Fausto, no se volvió por donde había venido sin haber hecho aquel
pacto.
¡Ya queda menos para la vigesimoprimera edición!